El vagabundo
Cuando el rio acoja en su cauce profundo
el cuerpo inerte, viejo y destrozado
de aquel bendito anciano vagabundo;
cuando hayan en la orilla las flores marchitado
y los vientos azoten la corteza de este mundo,
llorarán los hombres desolados
y la tierra morirá cada segundo.
Él, que para mirar a la vida pasar
se sentaba en su banco desvencijado.
Él, que por mirar la vida sin cesar
murió sin vivirla abandonado.
¿Quién llorará en la tierra su muerte?
¿Quién cargará su ataúd tan pesado?
¿Quién sabe cuál será ahora su suerte?
¿Quién? Si lo hemos matado
Zero Juglar 1985
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